Las abejas que vienen a la huerta

Estrenamos cámara de fotos. Nos hemos ido a probarla al Jardín Botánico de Madrid donde nos encontramos con una primavera espectacular, que a la vuelta de nuestro viaje nos ha recibido en Orejo con un viento sur suave, perfecto para disfrutar de la huerta y seguir practicando con nuestro nuevo juguete. Nuestro gran reto ha sido conseguir sacar a las abejas, y no sólo porque se mueven muy rápido, sino también porque no encontramos muchas a pesar de estar en el campo.  
Albert Einstein afirmó que "si las abejas desaparecieran de nuestro planeta, al ser humano sólo le quedarían cuatro años de vida". 


Nosotros en nuestro huerto hemos querido crear un espacio para la biodiversidad, por eso no utilizamos pesticidas para proteger las verduras y hemos plantado flores que ayuden a atraes insectos que limpien las plagas. Aunque de momento sólo estamos aprendiendo... Por eso, a pesar de los errores que podamos cometer, saltamos de contentos cuando las abejas revolotean entre la flor de la berza. 
Investigando sobre la importancia de las abejas en nuestro planeta, hemos encontrado un proyecto que fomenta la apicultura urbana en el mismo corazón de Londres. Si en Londres se puede ¿Cómo no en Orejo?

La primavera besaba suavemente la arboleda...

Alucinamos con la biodiversidad que nos rodea cuando llega la primavera. Brillan los colores, y los bichitos revolotean felices por todas partes. Nosotros hemos querido entender por qué todos nos volvemos tan locos con este escenario, y hemos fotografiado algunas de las flores nuevas para anlizarlas y así descubrir sus secretos. Por cierto: ¿Sabrias decirnos de quién es este verso?

" La primavera besaba suavemente la arboleda..."


1/Ramas de "perojo" (peral viejo) - 2/Tulipanes - 3/La flor del haba - 4/La flor de rúcula (espigada)

Con la comida sí jugamos

...Porque tener una huerta y estar rodeado de naturaleza es como elaborar recetas para jugar.

Un mensaje a los Reyes Magos

¡Estábamos deseando que llegaran los Reyes Magos! Nos hemos portado muy bien durante el 2012 y seguro que entre los zapatos íbamos a encontrar muchas sorpresas... Pero lo que más ilusión nos hacía de esta visita a Orejo era que este año teníamos una misión: entregarles a Sus Majestades Los Reyes Magos de Oriente un mensaje muy importante de parte de aquellos que queremos cambiar las cosas: ¿Os acordáis de este cartel?
Pues eso, que los Reyes Magos vinieran en bicicleta. Así que, en cuanto vimos la Estrella de Oriente asomar por la colina y comprobar que se acercaban en coches y tractores, ya estábamos más que preparados para la acción...
Cuando la motorizada comitiva hizo una parada procedimos a la entrega de los mensajes, aunque parece que a Sus Majestades no les hizo mucha gracia la propuesta...
Y así como llegaron, se fueron con el rom rom de los tractores, y nosotros nos quedamos con la sensación de un trabajo bien hecho y... quién sabe, igual el año que viene llegan en bici ;)

Norte


Parece que, después de casi un mes de viaje, con nuestra llegada nos hemos traído el frío... o serán cosas del norte...

Sobre dos ruedas


Todavía conservamos muy fresca la ilusión de cuando recibimos en la casuca dos paquetes muy especiales que nos enviaban desde Girona un vendedor muy majo: Nuestras bicis. Desde que las probamos no hemos parado de rodar por toda la comarca, hemos asaltado mercadillos en busca de los mejores productos de la zona y algunos incluso han aprendido a disfrutar de la libertad de llegar a la playita apartada sobre dos ruedas. Es nuestro vehículo y nuestra forma de vida.
Ahora nos embarcamos a cruzar la penísula, afundirnos con el paisaje del Ebro, a sentir, una vez más, la aventura de pedalear. 
¡¡¡¡Os queremos bicis!!!!  

La huerta


Aunque comenzamos a cultivar muy tarde la huerta, esta ha sido nuestro gran tesoro del verano. Cuando la mayoría de los campos ya comenzaban a dar sus primeros frutos nosotros apenas arábamos el arcilloso terrenito que escogimos en la parte delantera de la casa, donde daba el sol a diario y la brisa era más suave. Pero a pesar de lo tardío de nuestra propuesta, de un campo salvaje lleno de topos, babosas (lumiacos como aquí las llaman) y un clima propenso a dejarnos un rastro de hongos entre las recién germinadas plantas, con lo que más nos tocó lidiar fue con la fauna autóctona de la zona: los vecinos. Tooodos los días alguno se asomaba por la huerta y véngate a decir que si -es mu tarde pa plantar!- , -ahí no lo pongas que ahí no te saldrá ná- o - Vas a tener que sulfatar ¿eh? ponle sulfato a los tomates porque si no no vas a probar ni uno!- Y nosotros empeñados en que no queremos echar venenos, ni químicos, ni nada de nada que sea dañino a los insectos y animales que se acerquen a la huerta porque, al fin y al cabo, el campo es de ellos también. Así que nada, a vigilar que ningún vecino se colase sin permiso con sus sulfatos y sus venenos a regarnos nuestra huerta (que mira que estaban empeñaos..) y a llevarnos los típicos disgustos de tener que parar a más de uno los pies... Y mirad, aquí tenéis el resultado, un final feliz en el que todos alucinan con nuestra sana huerta porque, además de preciosa, está riquísima!!!!
Por suete, nuestros vecinos son más que unos guerreros del hongo, y nunca nos ha faltado de nada de sus cosechas: las mejores judías verdes que he probado fueron un regalo de Lolo, y los huevos de Tere y Goriuco. Y ese calabacín de Nieves de casi 50 cms!!! Va por ellos: GRACIAS